Hace unos días escuché a mi profesor de literatura mencionar al poeta cubano Nicolás Guillén e incluso recitar unos versos, me sorprendió la musicalidad de aquellos versos y me di a la siempre interminable tarea de descubrir algunos de sus poemas. De aquel primer puñado el que más me cautivó y con el que más me identifiqué fue «Alma Música«, oda sublime a un ser que a pesar de las adversidades se niega perder su característica musicalidad. A continuación les comparto el poema, espero que lo disfruten:
Yo soy borracho. Me seduce el vino
luminoso y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.Tengo el alma hecha ritmo y armonía;
todo en mi ser es música y es canto,
desde el réquiem tristísimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegría.Y no porque la vida mi alma muerda
ha de rimar su ritmo mi alma loca:
aun mas que por la mano que la toca
la cuerda vibra y canta porque es cuerda.Así, cuando la negra y dura zarpa
de la muerte destroce el pecho mío,
mi espíritu ha de ser en el vacío
cual la postrera vibración de un arpa.Y ya de nuevo en el astral camino
Nicolás Guillén
concretara sus ansias de armonía
en la cascada de una sinfonía,
o en la alegría musical de un trino.